Cada
generación y cada época son diferentes, estamos en un mundo de constante
cambio, donde los 90’s a la actualidad no son iguales y se podría decir ni
siquiera similares, yo nací en 1989 donde a los 6 años salía a la calle con mis
vecinos a jugar <<stop>>, <<bebeleche >>, <<yoyo>>,
las <<escondidas>> y los juegos de mayor tecnología eran el <<destreza>>
y el <<tetris >>, hasta que cumplí 11 años, cuando mis papas me compraron mi primer
celular, un aparato enorme y molesto, con el cual podían localizarme en
cualquier lado y checar mis horarios, pero la molestia duro poco, pues en un
abrir y cerrar de ojos todos mis amigos y compañeros tenían el suyo de
diferentes formas y colores, volviéndose este aparato indispensable para
nosotros, haciendo un cambio radical en mi generación.
Cuando
platico con políticos de diferentes edades que ya pasaron por un sector juvenil
en algún partido, es muy común, casi obligatorio que me digan la típica frase
<<en mis tiempos, eran las cosas mejor>> frase fastidiosa y sin
validez para mí, porque sus tiempos no son igual que los míos, sus tiempos ya
forman parte de un pasado donde se involucraban diferentes factores y que ahora
nosotros tenemos que batallar con otros, tenemos que contender con lo que nos
enseñaron y que ahora no quieren hacerse responsables, queriendo lavarse las
manos y tratando de decir que los jóvenes no sabemos hacer las cosas bien, pero
¿qué es hacer las cosas bien?...
De
lo que si tengo certeza, es que nos han enseñado a pelar entre jóvenes, a
imponer su razón a pesar que sea errónea, a buscar puestos sin dar oportunidad
a nuevas generaciones, nos han hecho creer que los jóvenes no estamos preparados
para tener responsabilidades y sobre todo han impuesto una mala imagen de la
política, haciendo con todo esto que los jóvenes ya no crean en ella, que ya ni
siquiera crean en su propio voto, que piensen que todos los políticos somos
iguales y que vivimos en un mundo de lujos e influencias.
Los
jóvenes tenemos que lidiar con esta mala imagen que ya esta impuesta, tenemos
que lidiar con un millón de comentarios, <<memes>>, <<me
gusta>> y cero acciones, tenemos
que lidiar con desayunos y comidas donde arreglan las elecciones, pero nunca se
preocupan por arreglar las diferencias de opiniones que se provocaron antes,
bien dicen que se tiene que predicar con el ejemplo y entonces… en sus tiempos
¿en realidad se hacían las cosas bien?
La
política es un medio para servir, ayudar y capacitarte, es el puente para hacer
un verdadero cambio en nuestro México, pero este cambio solo depende de
nosotros los jóvenes, de enseñarles a los adultos que nuestra generación no es
ni peor ni mejor que la de ellos, que cada época tiene su forma de hacer las
cosas y que necesitamos un equilibrio entre su experiencia y nuestras nuevas
ideas para sacar a nuestro país adelante.
Porque
México necesita políticos de mentes abiertas y corazones audaces.
Twitter: @carminadeavila
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